domingo, 10 de junio de 2007

Atada al mástil

Es la única manera de soportar tu ausencia. De tolerar tu ausencia. De vivir con tu ausencia, ante la falta de tu presencia.
Dicen que cuando alguien querido se va, te deja un gran vacío en el alma.
Eso creía yo, hasta que te fuiste tu.
Yo no siento un gran vacío; al contrario... siento una espinita, chiquita, casi casi una astillita clavada en el corazón.
Aprendo a vivir sin ti, acostumbrándome a que tu ausencia siempre, siempre y siempre, siempre duela.
Y así, adolorida, me ato al mástil del barco de mi vida. A soportar este maretazo.
Y así, amarrada pero feliz, con la cara al viento, dispuesta a soportar esta y otras tempestades, inicio este blog.
Ya, puedes enorgullecerte. Calaste tanto en mi vida, que tuve que abrir un blog para exorcisarme de ti.

2 comentarios:

Carla dijo...

Espero que en breve pueda ver entradas más alegres en este blog. Átate al mástil, pero no te hundas con el barco!

Juan Manuel Robles dijo...

O podrias ser como Odiseo.