viernes, 22 de junio de 2007

A veces entran unos vientos de tristeza por mi ventana.
Pero la sensación de duda me detiene a fin de no atreverme a cerrarla. No vaya a ser que, confundida, también se vaya a querer colar la felicidad y yo, por error y por frío, la deje fuera.
Prefiero aguantar, abrigarme, abrazarme al mástil, y seguir esperando.

martes, 19 de junio de 2007

Busco un hombre que me mienta

Ando buscando a un hombre que me mienta.
Que me diga que me veo linda, así esté bastante resfriada.
Que me diga que me veo delgada, igual a una modelo, cuando ya no me acuerde ni cómo duele hacer abdominales.
Que me diga que soy buena en lo que hago, aunque todas las mañanas me compadezca cuando me vea ir a trabajar.
Que me diga que después de los domingos no siguen los lunes.
Que me diga que en el mundo no hay más guerras.
Que me diga que le gusta mi guiso de pollo.
Que me diga que los políticos a veces dicen la verdad.
Que me diga que nuestros hijos serán siempre felices.
Que me diga que soy la mujer de su vida.
Que me diga que nunca me va a dejar.
Ando buscando un hombre que me mienta.
No tengo interés en que me diga la verdad. Por ahora no.

lunes, 11 de junio de 2007

Voy a sacar mi cama al patio, para estar contigo, que eres parte de lo natural.
Escribo para decirte lo que no te puedo decir, porque si te lo digo no es lo mismo, y si no es lo mismo, entonces no quiero decírtelo.

domingo, 10 de junio de 2007

Atada al mástil

Es la única manera de soportar tu ausencia. De tolerar tu ausencia. De vivir con tu ausencia, ante la falta de tu presencia.
Dicen que cuando alguien querido se va, te deja un gran vacío en el alma.
Eso creía yo, hasta que te fuiste tu.
Yo no siento un gran vacío; al contrario... siento una espinita, chiquita, casi casi una astillita clavada en el corazón.
Aprendo a vivir sin ti, acostumbrándome a que tu ausencia siempre, siempre y siempre, siempre duela.
Y así, adolorida, me ato al mástil del barco de mi vida. A soportar este maretazo.
Y así, amarrada pero feliz, con la cara al viento, dispuesta a soportar esta y otras tempestades, inicio este blog.
Ya, puedes enorgullecerte. Calaste tanto en mi vida, que tuve que abrir un blog para exorcisarme de ti.